BLOG DE LA PASTORAL DEL COLEGIO SECUNDARIO Y DE LA ESCUELA PRIMARIA VIRGEN DE LUJÁN DE LA CIUDAD DE CENTENARIO, NEUQUÉN. DESTINADO ESPECIALMENTE AL USO DE LOS MIEMBROS DE LA INSTITUCIÓN, Y ABIERTO A LA COMUNIDAD EDUCATIVA, COMO TAMBIÉN A TODAS AQUELLAS PERSONAS CON DESEOS DE ACERCARSE A CRISTO.
Durante el mes de agosto se realizo en el Colegio Secundario Virgen de Luján una recolección de juguetes, ropa y útiles para donar a instituciones infantiles de la Ciudad de Centenario. En una iniciativa de alumnas de 4to año, se recibieron donaciones por parte de alumnos, docentes, y vecinos del Colegio. Lo recaudado fue entregado a las guarderías municipales "Arco Iris", "Creciendo Feliz", y "Tío Donald".
Otras actividades solidarias de la Escuela y el Colegio Virgen de Luján fueron: donaciones de juguetes y útiles a un jardín municipal por parte de los alumnos de 5to año; donaciones de ropa y alimentos por parte de las familias de la comunidad a los afectador por el temporal ocurrido en el mes de octubre; realización de frasadas, confeccionadas por alumnos y padres del Colegio....
Agradecemos el trabajo y la entrega de todos aquellos que participaron de estas obras, que son signo evidente de la misericordia cristiana. Muchas gracias!!
El lunes 9 de Mayo de 2016 se celebró la fiesta de la Patrona de la institución, Nuestra Señora de Luján.
El festejo comenzó con una procesión en las cercanías de la Escuela Primaria Virgen de Luján. En la celebración se realizaron ofrendas y una oración de Consagración por parte de toda la comunidad educativa.
Participaron cientos de niños, jóvenes y adultos. El Padre Gustavo León bendijo a los presentes y un cuadro de la Virgen Madre para la galería de la Escuela Primaria. Los más chiquitos, estudiantes de las salas de 4 y 5 años, bailaron el “Candombe del Oratorio”. Finalmente, se compartió chocolate y se disfrutó de la actuación de Corazón Latino yShardo, además de una hermosa “Chacarera a la Virgen” interpretada y bailada por alumnos de diversas edades.
Algunas pistas del rector mayor, que
puedan ayudarnos, a modo de lluvia de ideas, como señales viales para nuestro
viaje:
A.MIRAR
DENTRO → Aprendamos a 'mirar dentro': ejercitémonos y eduquemos a descubrir y
enriquecer la propia interioridad, ya desde los primeros años, desde la
infancia y la adolescencia. Que nuestros jóvenes puedan sentir que cuentan con
quienes, frente a culturas de dispersión, les proponen el desafío de la
interiorización; frente a la huida, el afrontar el sentido de la vida.
→ Ayudemos a
los jóvenes a adquirir capacidades y habilidades para entrar en su mundo
interior: educar a la escucha y al gusto por el silencio; cultivar la capacidad
contemplativa, de asombro y admiración; gustar la experiencia de la gratuidad…
Estas habilidades deben ser propuestas y ejercitadas.
→ Acompañemos
a los jóvenes a explorar, en lo profundo de su corazón, la presencia de Dios
que es Amor, Vida y Novedad perenne. Hagamos juntos la experiencia de descubrir
y reconocer a Aquel que es más íntimo que nuestra propia intimidad y más alto
que lo más alto de nuestro ser.
→ Aprendamos a
crecer en la vida en Dios a través de la aceptación humilde de los propios
límites, de la propia historia personal y del propio pecado.
B.BUSCAR
A DIOS → Aprendamos junto con los jóvenes a ser buscadores de Dios y leer la
propia vida como bendición de Dios, a maravillarnos de su Presencia y sus
huellas en nosotros, a reconocerlo como Quien nos busca, Aquel que está, El que
vive en nosotros(San Agustín)
→ Tengamos el coraje y la valentía de
preguntarnos en la oración si esto que hacemos o no hacemos es conforme a la
voluntad de este Dios-Amor que nos habita y propongamos este mismo ejercicio a
los jóvenes.
→ Promovamos
una pedagogía del deseo de Dios que lleve a buscar el sentido religioso de la
vida y a abrevar del “pozo de agua viva que es Jesús”.
C.ENCONTRARSE
CON JESÚS → Propongamos con osadía a los jóvenes experiencias que nos lleven al
Encuentro Personal con Jesús, a un encuentro capaz de fascinarnos y de cimentar
nuestra vida, sabiendo que “cuánto más se conoce a Cristo, cuanto más se le
sigue, tanto más entra en nosotros el Espíritu y nuestros ojos son más capaces
de verlo”.
→ Sugiramos a los jóvenes estrategias para
madurar una verdadera amistad con Jesús, que sin duda irá moldeando sus
miradas, su mentalidad y sus valores.
D.SER
DE LOS SUYOS → Testimoniemos a los jóvenes nuestra alegría de seguir a Jesús y
anunciémosles que es hermoso ser cristiano: “¡Querría hacerles entender [a los
jóvenes] que es hermoso ser cristianos!… ¡y es hermoso y es justo también creer!
→ Dejémonos
conducir por el Espíritu que mueve nuestros corazones y el de los jóvenes a
optar decididamente por ser de los Suyos. Alimentemos y cuidemos nuestro
vínculo con Él por medio de la oración, de la Palabra de Dios, de la
Reconciliación y de la Eucaristía.
E. APROPIARSE
DE VALORES FUNDAMENTALES → Eduquemos desde los primeros años a estimar y a
“saborear en todos los ámbitos de la existencia la familia, la amistad, la
solidaridad con quien sufre, la renuncia al propio yo para servir al otro, el
amor por el conocimiento, por el arte, por las bellezas de la naturaleza”.
Anunciemos la inmensa alegría de creer en un Dios que asumió plenamente todo lo
humano y el ser parte de la creación y denunciemos con valentía aquello que impida el que todos
puedan reconocer, contemplar y disfrutar de su Presencia en nuestro mundo.
→ Acompañemos
a los jóvenes en su experiencia de fe en comunidad cristiana y eclesial como
espléndida oportunidad para el descubrimiento y maduración personal de la
propia vida en Dios.
→ Propongamos
a los jóvenes el desafío de aceptar la vida como donación, como servicio que
nos hace mejores, que libera del propio egoísmo y da sentido a nuestra vida. El
Espíritu de Dios siempre nos empujará a donarnos, porque esa es la “lógica de
Dios”,
E.MADURAR
UN PROYECTO DE VIDA → Colaboremos con los jóvenes, con fe y profunda convicción
personal, a fin de que puedan madurar su proyecto de vida, haciendo camino para
que al vivir la vida como donación, en todo tipo de servicios y profesiones,
puedan ir desde las primeras experiencias significativas, aunque
circunstanciales, al compromiso total de una vida que responde al llamado de
Dios. Quien se adentra en los caminos del Espíritu no ha recibido solamente
algunas cualidades como si fuesen regalos de aniversario, sino que “posee una
especie de código genético conforme al cual va creciendo”.