miércoles, 27 de marzo de 2019

IDEARIO INSTITUCIONAL

IDEARIO INSTITUCIONAL

ESCUELA PRIMARIA Y COLEGIO SECUNDARIO VIRGEN DE LUJÁN
Centenario, Neuquén, Argentina
Año 2021


QUIÉNES SOMOS

La comunidad de Luján es una Institución educativa, fundada por el Padre Jacinto Stábile, que pertenece a la Ciudad de Centenario, Provincia de Neuquén, Argentina.
Tenemos por fin la educación humana y cristiana de niños y jóvenes, brindando una educación de calidad para estudiante de nivel inicial, primario y secundario.
        Pertenece a los servicios educativos Públicos de Gestión Privada.
        Desde sus orígenes forma parte de la Obra salesiana de Don Bosco, pero es dirigida en la actualidad por la Fundación “Padre Jacinto Stábile – Obra de Don Bosco”, conservando la espiritualidad salesiana y la impronta humana, educativa y espiritual de su fundador.

NUESTRA HISTORIA

HISTORIA DE NUESTRO FUNDADOR

PRIMERO AÑOS Y ESTUDIOS
El Padre Jacinto Stábile nace en Teano, Provincia de Caserta, Italia, el 8 de abril de 1920.
Recibe el Sacramento del Bautismo en la Parroquia de San Marcos de su ciudad natal.
A los quince años, el 15 de septiembre de 1935, recibe el Sacramento de la Confirmación, en la Parroquia San Marcelo de Pugliano.
El 1 de octubre de 1935, ingresa en el Colegio Salesiano de San Severo.
Luego de cuatro años de estudios secundarios ingresa al noviciado de la Congregación salesiana, en Portici, desde el 14 de agosto de 1939 al 16 de agosto de 1940. Allí emitió su primera profesión, que fuera renovada en 1943.
En la Inspectoría de Nápoles, Stábile realizó sus estudios de Filosofía y el tirocinio. En Roma, en 1945, cursó el primer año de Teología.
El 7 de septiembre de 1946 ingresaba a la Congregación Salesiana para cumplir los mandatos de Dios.
Posteriormente, estudió en el Instituto Teológico “San Gregorio” de Catania, donde fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1949.
Sus dos primeros años de sacerdocio los pasó en la Inspectoría de Nápoles.

MISIÓN EN ARGENTINA Y CENTENARIO
En el año 1951 llega a Fortín Mercedes, como maestro y asistente.
Luego se traslada a Comodoro Rivadavia, y allí permanecerá durante tres años (1952-1954).
Entre los años 1954 y 1958 realiza su vida apostólica en el Colegio San Miguel de P. A. Stefenelli, en el Alto Valle de Río Negro.
Ya en 1958 comenzó su misión más importante en Centenario, donde pasará el resto de su vida pastoral.
El padre Stábile fallece en la ciudad de Centenario, el 13 de enero de 1989, a los 68 años.

LAS OBRAS EDUCATIVAS DEL PADRE STÁBILE
La Escuela Primaria Virgen de Luján, institución de niveles Inicial y Primario, fue fundada el 9 de marzo de 1964.
El Colegio Secundario Virgen de Luján, institución de Nivel Medio, fue fundado el 7 de Marzo de 1983.
El 16 de agosto de 2003 comienza a ser gestionada por la “Fundación Jacinto Stábile”.

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE NUESTRA INSTITUCIÓN

Jacinto fue un educador católico salesiano, y así lo es nuestra institución: educativa, católica y salesiana. He aquí los principios fundamentales que caracterizan nuestro ideario particular. Estos deben iluminar nuestro quehacer cotidiano y nuestra proyección futura.

En cuanto institución educativa buscamos para los niños y jovenes (EC 26, GE 1):
La formación integral mediante la asimilación sistemática y crítica de la cultura.
El desarrollo armónico de sus condiciones físicas, morales, intelectuales y espirituales.
La participación en la vida social.
El aprecio de los valores morales y religiosos, y su adhesión personal.
El desarrollo de la libertad, la responsabilidad y el compromiso.

En cuanto institución católica, pretendemos para nuestros niños y jóvenes (EC 5 – 15, 49):
Trasmitir de modo sistemático y crítico la cultura a la luz de la fe y educar en el dinamismo de las virtudes cristianas.
Alcanzar una síntesis entre cultura y fe (los contenidos del saber humano y el mensaje evangélico).
Lograr una síntesis de fe y vida (desarrollo de las virtudes intelectuales - morales, y encarnación del Evangelio).
Contribuir en la misión salvífica de la Iglesia.
Transmitir de modo explícito al Evangelio de Jesucristo.
Arraigar la fe en la conciencia y en la vida de los jóvenes.
Capacitar para pensar, querer y actuar según el Evangelio de Cristo.

En cuanto institución de carisma salesiano queremos para nuestros niños y jóvenes (PEES 4):
Edificar una comunidad educativo – pastoral que sea a la vez casa, patio e iglesia.
Asumir un estilo de animación desde la corresponsabilidad, la participación y la subsidiaridad.
Formar buenos cristianos y honrados ciudadanos.
Evangelizar educando y educar evangelizando.
Educar con el trabajo y para el trabajo.
Vivir la amorevolezza, la preventividad y la asistencia como principales ideales y métodos educativos.
Crear un ambiente de confianza, participación, familiaridad, de diálogo, de espontaneidad y de alegría.
Educar mediante la creatividad, el juego, el arte, la música, el teatro.

En cuanto institución fundada por el padre Jacinto Stábile, deseamos:
Incrementar el sentido de pertenencia desde la figura católica y salesiana del Padre Jacinto Stábile.
Ser una comunidad evangelizadora. 
Vivir una profunda espiritualidad desde la meditación, la oración y la vivencia de los sacramentos.
Asistir las necesidades de nuestros prójimos más vulnerables (pobres, enfermos, solitarios). 
Promover la cultura, educación la fe en nuestros Colegios y en Centenario.
Usar los medios modernos de comunicación para transmitir el bien y la verdad.


NUESTRO IDEARIO ENRAIZADO EN JACINTO

“Alaben la virtud y el heroísmo
 de una vida sacrificada, honesta y santa”
(Padre Jacinto)

En el Padre Jacinto Stábile se encuentra la fuente de nuestra identidad, lo que somos y queremos ser. Su vida es modelo inspirador y horizonte de nuestros proyectos. Jacinto es nuestro ideario encarnado. Es por eso que, repasando las cualidades de su vida, obra y persona, encontramos los signos de la voluntad de Dios para con nosotros.

QUEREMOS SER PASTORES CON JACINTO
El padre Stábile fue un sacerdote totalmente identificado con su misión.
Señalaba el P. Stochetti, que su personalidad simpática, peculiar y única lo definían como a Don Bosco: siempre sacerdote.
En todas sus conversaciones, aún las de corte netamente comercial, terminaba espontáneamente con un pensamiento espiritual, una invitación a la oración y a los sacramentos.
Según el padre Graciano “tenía muy clara su intención fundamental: acercar a Dios a todos los que pudiera. Y renovaba esta intención continuamente. Todas sus obras, el mismo andar pidiendo, estaban motivadas como medios para acercar a los hombres a Dios”.
Todo tenía fin apostólico. Hizo una cancha de bochas para encontrarse con los adultos mayores; afirmo su gusto por la pesca, como excusa para charlar sobre Dios, no solo con sus amigos, sino con aquellos que más lo necesitaran; fabricaba juegos para encontrarse con los niños; construye, finalmente, nuestra institución educativa, para llevar el Evangelio a los niños, jóvenes y familias.
A medida que crecía su ardor apostólico aumentaba la velocidad y eficiencia de sus transportes: bicicleta, moto, auto, y su peculiar rastrojero. Decía el padre Casetta: “La del padre Sttábile fue una vida de mucho movimiento, de ir y venir, de llegar y volver a salir”. El objetivo era alcanzar la mayor cantidad de fieles posibles a lo largo y ancho de su parroquia encomendada. Pobladores de Añelo, Aguada San Roque, Auca Mahuida y San Patricio de Chañar era destinatarias de este instrumento eficaz de la Providencia Divina.
Su fe era de piedra, por su simpleza, su grandeza y su fortaleza.
Era un “buen pastor”: conocía a sus ovejas, ellas lo seguían, y él no las abandonaba jamás.

QUEREMOS SER MISERICORDIOSOS CON LOS NECESITADOS
Otra de tus preocupaciones prioritarias eran los enfermos.
Si alguna padecía algún padecimiento, era el primero en enterarse, antes aún que muchos familiares.
        Los visitaba todos los días hasta su recuperación o hasta la despedida final, llevándoles el auxilio de los sacramentos.
Con ellos y junto a ellos, rezaba con calma y devoción, como si tuviera pocas cosas para hacer.

QUEREMOS HACER CONOCER LA VERDAD Y EL AMOR DE CRISTO
Jacinto fue un sembrador de la buena semilla.
Se conservan pilas de cuadernos en los que escribía sus sermones, henchidos de citas de documentos de la Iglesia, repletos de reflexiones teológicas.
Sus predicas las mechaba con alusiones a algún hecho impactante o a las urgencias por la que atravesaba alguna de sus obras.
Tanto en algún aniversario de Centenario o en inauguraciones y bendiciones oficiales o privadas, sabía insertar ingeniosas sugerencias en torno a la situaciones y necesidades de la gente.
Tenía “una clara conciencia de la validez de los medios de comunicación en la evangelización, que hizo conocer su voz italiana en los medios locales” (Jaime de Nevares).
Este era el ideal para la radio que soñaba un día fundar: “Se quiere informar y formar, se quiere hacer conocer la verdad y el amor de Cristo, se quiere con ella fustigar la injusticia y el pecado, alabar la virtud y el heroísmo de la vida sacrificada, honesta y santa”.

QUEREMOS SER DESPRENDIDOS Y GENEROSOS
Jacinto vivió pobre y generosamente.
Fue pobre para ser generoso, y generoso mediante su pobreza.
Todo dinero iba a parar a alguna de sus construcciones; la ropa y los alimentos a los pobres.
Nada quedaba en sus manos.
Pocas veces estreno algo en su vida, y cuando lo hacía, duraba poco el estreno. Lo regalaba inmediatamente.
Regalaba hasta la ropa que acababa de remendar si se topaba con alguno más pobre.
Cada tanto algún alma buena venía a limpiarle la cocina y tirar restos de comida, recalentado quien sabe cuántas veces, que se resistía a tirar.
Impactaba su desprendimiento y su vida de pobreza.
“Y, ahora, ¿quién nos dará de comer?”, decían los destinatarios de su caridad en el momento de su muerte.

QUEREMOS AMAR AL PAPA CON JACINTO
Para Jacinto el papa era el “Vicario de Cristo en la tierra, el Jefe visible de la Madre Iglesia, el Padre y Pastor de las Gentes, su Santidad”. Así lo confesaba en la revista “Sembrando”.  
Demostraba en sus obras y gestos un afecto filial y una obediencia devota al Papa.
Dentro de su sencillez, se mantenía al tanto de las orientaciones de la Iglesia y de la Congregación Salesiana. Las devoraba, subrayaba y transmitía con ardor. Las enseñanzas del Sumo Pontífice eran Sagradas para nuestro Jacinto.

QUEREMOS SER DECIDIDOS, SACRIFICADOS Y PERSEVERANTES
“Era muy decidido en perseguir los objetivos que se proponía. Las dificultades, a veces muy serias, en lugar de hacerlo desistir, lo estimulaban a luchar y a encontrar nuevos caminos para lograr sus intentos…
Era muy sacrificado, tanto en la comida como en el descanso. Las molestias de la salud, sus reumas, la úlcera, la presión alta, el cansancio, no lo paraban cuando él pensaba que le quedaba algo por hacer” (Padre Graciano).
En palabras del Monseñor de Nevares, Jacinto tenía “un tesón inigualable para lograr la colaboración de chacareros y entidades públicas y privadas… fue trabajador infatigable de Cristo, y trabajó hasta el final. Lo dejó todo, patria, familia, comodidades, para dedicarse al prójimo” (Jaime de Nevares).

QUEREMOS SER UNA COMUNIDAD DE ORACIÓN
Jacinto rezaba y hacia rezar.
Era fidelísimo a la liturgia de las horas del Oficio Divino y a la oración del rosario.
Llegaban hermanos sacerdotes de distintas partes para pasar algunas horas junto a él, con la intención de profundizar en una espiritualidad refrescante, a modo de retiro espiritual, y gozar de su bondad, su paz, su amistad. Salían reconfortados, descansados y fortalecidos con su vida orante.
El rosario fue su compañero de camino. Casi siempre lo dirigía personalmente con una devoción y una ternura que contagiaba. Jóvenes y adultos reconocían que viajar con él, era lo mismo que rezar el rosario.   

QUEREMOS AMAR A MARÍA AUXILIADORA Y A DON BOSCO
“Soy hijo de Don Bosco”, repetía con frecuencia el Padre Jacinto. Como buen salesiano, tenía un vivo y afectuoso apego a San Juan Bosco. En todas los Buenos Días y las Buenas Tardes recordaba su vida, sus sueños, sus anécdotas.
Era también fuerte en él la devoción a María Auxiliadora, Jesús Sacramentado y el Papa. Entre sus avisos y consejos aparecía siempre aquella insistencia de visitar a Jesús en la Eucaristía durante los recreos.

QUEREMOS PROMOVER LA VOCACIONES ENTRE NUESTROS JÓVENES
 En Jacinto fue casi una obsesión la promoción de las vocaciones. El tema vocacional aparecía siempre, tanto oportuna como inoportunamente, a tiempo y a destiempo.
Era feliz cuando alguno daba señales de asentimiento a sus porfiadas insinuaciones.
Promulgaba a los cuatro vientos la buena noticia de “un futuro santo para Centenario”, y era terrible su desazón cuando el candidato cambiaba de rumbo.

QUEREMOS SER UNA COMUNIDAD QUE REALIZA OBRAS
Jacinto fue un hombre de obras. Uno de sus hermanos salesianos lo llamaba el “afectuoso ladrillero”, por su cercanía y su ardiente impulso hacia la recolección de materiales para la construcción.
Sus obras son en gran parte obra de la mendicancia. “¿En qué se distingue un salesiano vivo de muerto?, decía; “en la apertura de la mano”, se respondía.
Las obras surgieron gracias a la generosidad de los centenarienses: la casa parroquial, la Escuela Primaria, el Colegio Secundario, el Santuario Nuestra Señora de Luján, el Gimnasio Deportivo.
Siempre que pedía colaboraciones aclaraba: “Esto es para ustedes; yo no me voy a llevar nada. Todo esto quedará para ustedes”. Y así fue.
“Es indudable que pidió mucho y mucho consiguió, señalaba el Padre Casetta; pero es cierto también que gran parte de lo que consiguió fue gracias a su trabajo y esfuerzo físico personal”.

QUEREMOS CONFIAR EN LA PROVIDENCIA
“Tata Dios no me ha hecho faltar la Providencia”
(Padre Stábile)
Su confianza en la providencia era admirable. “Es obra de Dios, Él se encargará”, repetía con frecuencia.
“¿Quién hará todo esto? ¿Qué personas estarán trabajando?”, se preguntaba el Padre Stábile. “¡Qué pequeños somos!, (se respondía a sí mismo). Sólo pensamos en nuestras posibilidades humanas. Si Dios quiere algo suyo, debemos pensar que El dará también los medios necesarios y las personas para realizarlo. Más confianza en El, poca en nosotros”.
Y continuaba: “Así empecé los dos Colegios, contra críticas y maledicencias… con todo, de parte mía, he hecho todo lo que podía hacer, pero he confiado muchísimo en el buen Dios, le he confiado las obras y las personas, y sé que ha sido El, ha sido nuestra Madre, los que han hecho todo, y contra toda expectativa humana.
Hemos de convencernos que solamente Dios hace sus obras, y las hace por medio de los locos, de los testarudos, de los que valen nada, para confundir a los sabios del mundo”.

QUEREMOS AMAR A NUESTRA CIUDAD DE CENTENARIO
Sus restos descansan frente de la iglesia parroquial, como recuerdo perenne de que Centenario está enraizada también en su obra de fe.  
Fue y es para siempre el “cura gringo” de Centenario. Se hizo todo para todos, y se hizo querer por todos.
Entrego su vida a Centenario. Su obra, tanto material como espiritual, fue una obra para Centenario. En esto también debemos seguir su ejemplo.
Sigue entre nosotros y ruega ciertamente al Dueño de los sembrados que envíe otros obreros a su mies.
Seguramente con aquella insistencia suya, interminable.
Jacinto Stabile, ¡ruega por nosotros!


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