jueves, 19 de febrero de 2015

EVANGELIZAR A TRAVÉS DE LAS MATERIAS

Naturalmente que cada materia tiene su propia autonomía - sana autonomía -, debiendo ser desarrollada según sus principios específicos. Pero al mismo tiempo ha de contribuir a la cosmovisión cristiana. Las diversas materias no sólo no son antiéticas con la cosmovisión cristiana, sino que, respecto de ellas, constituyen una suerte de" preparación evangélica", como decían los Padres de la Iglesia refiriéndose a los aportes más nobles del mundo pre - cristiano, una preparación evangélica ya que el auténtico desarrollo de la naturaleza es una especie de preparación a la gracia. 

Más aún, las materias profanas reciben iluminación y complemento de la cosmovisión cristiana; el puro saber profano tiene algo de indigencia; la cosmovisión cristiana ensancha sus horizontes para una mejor comprensión de la ciencia, del hombre y de la historia. Porque el verdadero saber sobre el hombre y el mundo sólo se alcanzan cuando se reconoce la realidad total del hombre y de su historia de salvación, es decir cuando se reconoce en el Verbo de Dios encarnado, recapitulador de todo, la luz verdadera que ilumina a todo hombre ya todas las cosas del hombre. 

Tratemos ahora de concretar más esta aspiración de la Iglesia recorriéndolas diversas asignaturas, aunque sin intentar cubrirlas en su totalidad. 

1. La catequesis. 


Esta materia -porque es necesario que sea también una materia y no sólo una" vivencia", como algunos pretenden- implica la comunicación de contenidos, a saber, la Revelación divina, explicitada por la doctrina del magisterio. Gracias a ella, el adolescente aprenderá a distinguir lo que se puede conocer por la luz natural y lo que solo se le ofrece por la Revelación. Tres son los conocimientos catequéticos indispensables: lo que hay que creer(el Credo) , lo que hay que esperar (el Pater), lo que hay que amar (el doble precepto de la claridad y los Mandamientos). Ver el Catecismo de la IglesiaCatólica. Pero no basta con aprender, es menester entrañar lo aprendido, asimilarlo, convertirlo en algo propio, hacerlo no sólo conocimiento sino bandera, militancia. La catequesis no puede ser en todo una materia como las demás. 

2. La filosofía. 


A diferencia de la catequesis, la filosofía no parte de la Revelación sino que es un conocimiento racional del mundo, del hombre y de Dios, a la luz de la razón natural, buscando siempre las últimas causas de la realidad. En esta materia hay que evitar a toda costa que los adolescentes sean formados en el eclecticismo, contentándose el profesor con la exposición de los diversos sistemas filosóficos: hay que enseñarles a discernir, con espíritu crítico, el error de la verdad. El joven debe salir del colegio católico con una posición clara ante la vida, que le permita detectar los errores que pululan en el ambiente y lo capacite para saber refutarlos convenientemente. Una meta sólida no se forma con cuestiones disputadas, con dudas. Hay que ir a la filosofía perenne, a la de los clásicos, sobre todo a Santo Tomás. Sin obviar, naturalmente, el conocimiento de otras filosofías, pero juzgadas a partir de la filosofía perenne, única anclada en la realidad. 

3. Las ciencias.


La enseñanza de las llamadas "ciencias" físico - químicas debe comunicar al joven el conocimiento de la materia y de sus leyes. En las ciencias se aprenden las leyes de la naturaleza. A algunos este conocimiento los ha, de hecho, conducido al ateísmo: la naturaleza, absolutizada, acaba por convertirse en un sucedáneo de Dios. Para el marxista, por ejemplo, la ciencia es lo único, reemplaza a la religión. En nuestros colegios debemos enseñar la física y la química con visión científica, sin duda, pero con un telón de fondo religioso. Dios es el comienzo y el fin de toda ley física, de toda propiedad química; Creador tanto del electrón, como de la estrella. Por eso el universo canta la gloria del Creador. Este mundo, con sus leyes admirables, es una palabra o una obra de arte literaria, "al modo de un gran poema de un modulador inefable", decía San Agustín. El docente deberá realizar su propia síntesis entre ciencia y fe, señalando como corresponde, la presencia de Dios en su creación. La observación de los hechos se convierte así en un trampolín hacia Dios. La misma Sagrada Escritura, en cada una de sus páginas, suscita la admiración por el orden, belleza y sabiduría que resplandece en la creación. Será preciso despertar en los alumnos el sentido de la admiración ante la grandeza de la obra divina, admiración que es de las mejores introducciones a la oración. 

4. Las matemáticas y la geometría.


Estas materias ayudan a crear en el alumno el hábito de la exactitud, al tiempo que le permite tener experiencia de la "medida" de las cosas. Naturalmente, no hay diferencia entre un manual de matemáticas compuesto por un autor cristiano, y otro compuesto por un ateo. Sin embargo, si el profesor posee sabiduría cristiana, sabrá despertar en sus alumnos el culto de la verdad desinteresada, les inspirará el sentido del rigor intelectual. Las matemáticas exigen una suerte de ascética no ciertamente extraña al orden cristiano. Esta ascética está tejida de atención a la realidad dada, de método, de humildad, de perseverancia, de anhelo de precisión. El alumno advertirá que más adelante, en la vida postescolar, se podrá encontrar con esfuerzos semejantes cuando tenga que tratar de modelar, por medio de la reflexión, su vida y la ciudad terrestre en conformidad con la fe católica. Además, la belleza y elegancia de ciertas demostraciones, lo conducirán a veces al silencio interior. Esta contemplación admirativa, ese contacto con un valor que linda con lo absoluto, provoca una dilatación interior, una sublimación, una purificación que no carece de analogía y afinidad con la plegaria. Sólo habrá que cuidar que el "espritde géometrie" no extinga el "esprit finesse", según la conocida expresión de Pascal. 

5. La historia.


La importancia de esta asignatura para la evangelización es enormes solamente la memoria del pasado puede calibrar con exactitud cualquier análisis del presente o cualquier prospectiva. Aquello de la historia "magistral vitae" tiene acá plena vigencia. Será preciso que el profesor no se limite a la mera narración de los hechos. En su mente debe tener bien estructurado lo que se hadado en llamar "filosofía de la historia", aunque más bien habría que decir "teología de la historia". El libro clave para esta formación de fondo será el inmortal "De Civitate Dei" de San Agustín, donde el Santo Doctor desarrolla el curso de la historia a la luz del conflicto teológico entre dos ciudades, la Ciudad de Dios y la Ciudad del Mundo, montadas ambas sobre el amor: el amor de Dios hasta el reconocimiento del carácter dependiente y creatural del hombre, la Ciudad de Dios; el amor de hombre hasta el menosprecio de Dios, la Ciudad de la Tierra. 

Todos los hechos, épocas e instituciones, deberán ser estudiados en sí, con la autonomía legítima que tal estudio requiere, pero luego integrados en aquella grandiosa visión crítica y teológica. Así el alumno sabrá valorar adecuadamente las diversas épocas y acontecimientos de la historia e incluso aprenderá a leer el diario con inteligencia. 

6. La geografía.


Esta materia constituye una apertura al medio próximo de vida, el cual a su vez es puente para pasar al orbe mayor. La geografía permite captar mejor al hombre, sus diversas razas, sus tradiciones; la del propio país, el paisaje de la patria chica y de la Patria grande, ayudará a aceptar el amor a la Patria. La geografía física contribuirá al conocimiento del Dios Creador, bello, poderoso, inagotable. La geografía humana permitirá conocer mejor al hombre, cooperador del Creador. 

7. La literatura.


El objetivo propio de esta asignatura es el acercamiento a la realidad común conocimiento distinto al meramente racional. El contacto con los grandes autores, especialmente los clásicos universales y de lengua española, es de veras enriquecedor. En un poema elevado hay siempre algo de la inefabilidad de Dios. Particularmente el conocimiento cabal de nuestra lengua, en una época en que cada vez se le habla y se le escribe peor, permitirá al cristiano expresar su fe en el marco y el genio propio del idioma, el nuestro tan rico y tan preñado de catolicidad, de un pueblo que al decir de Rubén Darío, "aún reza a Jesucristo y aún habla en español". 

8. La música.


La música - la buena música - no sólo es expresión de alegría y de amistad, sino también medio de elevación de los sentimientos humanos. La admiración por lo bello está muy unida con la adhesión a la verdad y la aspiración a lo que es bueno. Ya los antiguos atribuían capital importancia a la formación musical. Porque la música forma al hombre. Los diversos tipos de música hacen losdiversos tipos de hombre: el hombre sensual, el hombre materialista, el hombre superficial, el hombre erótico, el hombre virtuoso. 

Es necesario que el colegio católico eduque en el sentido de lo estético, del buen gusto, de la música noble, especialmente la música clásica. Máxime en nuestro tiempo en que la música parece rendir culto a la fealdad, al ruido ensordecedor que hace prácticamente imposible todo contacto con la vida interior. El verdadero arte -musical o visual- no sólo transmite el sentido de las armonías sensibles, sino también el sentido de las verdades profundas, sobre todo las que dicen relación con el misterio. El auténtico papel del arte consiste en irradiar, a través de lo sensible, el esplendor de la verdad, el esplendor de las formas. 

9. La educación física.


La valoración del papel que tiene el cuerpo en el desarrollo integral de la personalidad es una de las principales metas de la educación católica. Deseque el Verbo se hizo carne, lo corporal ha adquirido una gran elevación, porque se ha adherido a la divinidad de Cristo con unión indisoluble. Si cuando estamos en gracia nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, es menester cuidarlo, respetarlo, fortalecerlo. El profesor de gimnasia debe estar imbuido de este sentido católico - no hedonista - del cuerpo humano. 

Así, pues, todas las materias, cuyo elenco no hemos recorrido en su totalidad, deben contribuir a forjar el hombre integral, ese hombre integral que, precisamente por ser tal, es cristiano y católico. Todas las materias deberán reflejar a Cristo, la única y definitiva Opción, reflejar la Realeza de cristo, en el ámbito de la cultura. Filosofía, ciencias, matemáticas, geometría, historia, geografía, literatura, música, educación física, tantas maneras de evangelizar, de reflejar a Cristo verdad, a Cristo exactitud, a Cristo medida, a Cristo Señor de la historia, a Cristo Verbo encarnado en nuestro espacio humano, a Cristo el más bello de los hijos de los hombres. En una palabra: evangelizar es formar a Cristo en el alumno, hacer de él otro cristo.


P. Alfredo Sáenz

viernes, 13 de febrero de 2015

EL SISTEMA PREVENTIVO (de un folleto antiguo del Colegio)

¿QUÉ ES EL SISTEMA PREVENTIDO?
“Consiste en dar a conocer las normas y reglamentos y vigilar después, de manera que los muchachos tengas siempre sobre sí el ojo vigilante del asistente. Estos, como padres amorosos hablan, sirven de guía en toda circunstancia, dan consejos y corrigen con amabilidad (…) consiste en colocar a los niños en la imposibilidad de faltar” (Don Bosco).
Se inspira en el método del Buen Pastor: “Yo soy el buen pastor, conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí, como el Padre me conoce a mí y yo conozco al padre, y doy mi vida por mis ovejas” (Jn 10, 14-15).
LOS ELEMENTOS FUNDAMENTALES DEL SISTEMA PREVENTIDO
RAZÓN
Es racionalidad… Es guiar al chico con claridad de ideas y de acuerdo a la verdad, indicándole qué debe hacer y recordándoselo con insistencia. Deben comprender las cosas que les pedimos.
Es sentido común… ser sencillos, normales, espontáneos en el trato con los demás. No pedir cosas raras…
Es persuasión y convencimiento… Es persuadir en vez de imponer.
Es conocer y adaptarse a la realidad juvenil. Esto supone diálogo abierto, confianza, comprensión y comunicación profunda.
AMOR
Es caridad sobrenatural… Amar a los jóvenes por amor a Dios. Ser portadores del amor a Dios a los jóvenes. Amar a los jóvenes para llevarlos a Dios.
Es amistad humana… Crear una verdadera amistad que sólo busque el bien del joven. Una amistad sincera, sencilla, cordial, basada en la confianza.
Es afectividad sincera… El amor educativo debe ser experimentable y sensible a los jóvenes, sin caer en el sentimentalismo. “Falta lo mejor… qué los jóvenes no sólo sean amados sino que ellos mismos se den cuenta que se los ama” (Don Bosco).
Características del amor educativo
·         Amar a todos y a cada uno.
·         Amar primero, dar el primer paso.
·         Acercarse a los jóvenes, tratar de comprender su situación, querer las cosas que ellos quieren,   saber escuchar y dialogar con ellos, ponerse a su nivel pero que ellos respeten la figura del educador.
·         Amar sin esperar ninguna recompensa.
·         Hacerse amar por los jóvenes.
RELIGIÓN
“Quiero que me ayuden en una empresa, en un negocio. Es el salvar vuestras almas. Este no es sólo el principal, sino el único motivo por el que yo estoy aquí. Pero sin su ayuda no puedo hacer nada. Necesito que nos pongamos de acuerdo y que entre ustedes y yo exista una verdadera confianza y amistad” (Buenas Noches de Don Bosco).
Religión es la idea central de todo el método educativo. Llevar a los muchachos a la amistad con Cristo. Que establezcan una relación sencilla y familiar con Dios en la oración, en el ofrecimiento de las pequeñas cosas: juegos, trabajo, estudio…
Medios fundamentales
·         Eucaristía: comunión frecuente, misa diaria y visitas.
·         Reconciliación: frecuente y sencilla, tener confesor fijo, examen diario de conciencia.
·         Dirección espiritual: sinceridad y gran confianza con el sacerdote.
·         Oración: Sencilla, continua unión con Dios, jaculatorias.
·         Amor a la Virgen: confianza en María Auxiliadora ante las dificultades, devoción al rosario, imitar las virtudes de la Virgen (pureza, fe…).
·         Amor a la Iglesia y al Papa: unidad con los pastores en general.
·         Asociaciones: grupos donde los muchachos se ayuden a vivir el Evangelio y colaboren para mejorar a los demás.
ASISTENCIA
“No dejar nunca solos a los jóvenes. Vigilar en todo lugar y tiempo, de manera que no quede ni cosa, ni persona, ni muchacho, ni lugar que no estén confiados a alguien” (Don Bosco).
Normas concretas
·         No usar nunca un tono imperativo: “quiero, andá, hacé esto”, sino: “Podrás hacerme un favor, estarías dispuesto a…”.
·         No mandar cosas superiores a las fuerzas del muchacho.
·         Sano criterio. No castigar cualquier mínima falta, sobre todo cuando es involuntaria.
·         Se firmes en las decisiones, seguros en lo que mandamos, y mantener la orden cuando es justa.
·         Observar todo y a todos.
·         Actitud confiada y no sospechosa.
·         Ser equilibrado. Guiarse siempre por la razón y no por los impulsos.
·         No dejar nunca solos a los chicos. Estar siempre con ellos en todas partes (juegos, baños, catequesis, paseos…).
·         No permanecer indiferente ante los desórdenes. Tratar de prevenirlos.
·         Saber constantemente donde se encuentran los  muchachos, que pidan permiso para ausentarse del grupo.
·         Ser pacientes ante las actitudes desubicadas de los chicos. No lo hacen para hacer enojar al asistente, sino por las características propias de su edad. Recordar cómo actuábamos nosotros en esas edades.
CORRECCIÓN
·         Corregir en privado con prudencia y calma.
·         Ser comprensivos, firmes e imparciales.
·         Que el corregido se aleje de nosotros satisfecho y como amigo.
·         Saber olvidar los errores, no ficharlo para siempre, darle la pasibilidad de cambiar.
·         Evitar la humillación. Buscar el momento oportuno y acudir a la reflexión y a la razón. Que el muchacho reconozca su falta y se comprometa a no reincidir.
·         Considerarlo como tu hermano: “amabilidad, comprensión y respeto son las llaves del corazón” (Don Bosco)
AMBIENTE

“Era una escena llena de vida, de movimiento y de alegría. Quien corría, quien saltaba, quien jugaba a la bandera, quien a la pelota. En un rincón un sacerdote cuenta una historia a los chicos. En el otro un salesiano con otro grupo jugando al burro vuela. Se cantaba, se reía por todas partes, y por doquier sacerdotes y clérigos, y alrededor de ellos jovencitos que alborotaban alegremente el ambiente. Entre jóvenes y superiores reinaba la mayor cordialidad. Valfre me dijo: Vea, la familiaridad engendra afecto, y el afecto confianza” (carta de Don Bosco)

jueves, 12 de febrero de 2015

AGUINALDO 2015


COMO DON BOSCO, ¡CON LOS JÓVENES, PARA LOS JÓVENES!

Llegado este mes de junio, final de las tareas educativas-escolares en un hemisferio, se  me pide, como ha acontecido anteriormente, que dé un adelanto o boceto de lo que será el Aguinaldo del 2015, que naturalmente vendrá desarrollado y profundizado en una carta circular a final de este año 2014. Con gusto hago este adelanto, en el deseo de que pueda servir en toda la Familia Salesiana como lo que pretende ser: tan sólo un adelanto o indicación de lo que se entregará en su día a nuestras Hermanas las Hijas de María Auxiliadora, como viene siendo tradición, y a toda la Familia Salesiana.
El esquema de este boceto es el siguiente:
1.    Una Hermosa herencia espiritual.
2.    El Aguinaldo como Palabra de UNIDAD  para toda la Familia Salesiana.
3.    Como Don Bosco: desde su corazón pastoral y opción educativa, envueltos en la Trama de Dios.
4.    Un carisma, el salesiano, al servicio de la comunión evangelizadora.
5.    ¡Con los jóvenes, para los jóvenes!, especialmente los más pobres.
6.    En el bicentenario del nacimiento de Don Bosco.
7.    Con María, la más insigne colaboradora del Espíritu Santo.

1. UNA HERMOSA HERENCIA ESPIRITUAL
Califico de ‘hermosa herencia espiritual’ nuestra tradición familiar del Aguinaldo (Strenna) porque ha sido algo que siempre ha estado muy en el corazón de Don Bosco. Los primeros mensajes –a modo de aguinaldo- que están recogidos en nuestra tradición se remontan a la década del 1850. En las Memorias Biográficas[1] leemos que una estrategia de don Bosco era la de escribir, de cuando en cuando, un papelito haciéndolo llegar a quien quería darle un consejo. Algunos de ellos fueron conservados y son mensajes muy personales que invitan a una buena acción, o a remediar algo que no va bien; pero además de esto, desde los primeros años en el Oratorio, Don Bosco había comenzado a entregar, hacia el final del año, un aguinaldo a todos sus jóvenes en general y otro a cada uno en particular. El primero, el general, solía consistir en indicar algunos procedimientos y aspectos a tener en cuenta para la buena marcha del año que estaba por comenzar. Y casi cada año Don Bosco continuó dando tales aguinaldos.
El último aguinaldo llega, a su vez, en una circunstancia muy especial y última para Don Bosco y para sus hijos. Lo encontramos también en las Memorias Biográficas[2]. Sintiendo Don Bosco que llegaba el momento final, hizo llamar a Don Rua y a Mons. Cagliero, y con las pocas fuerzas que le quedaban les dio unas últimas recomendaciones para ellos y para todos los salesianos. Bendijo las casas de América y a muchos de los hermanos que en esas tierras estaban, bendijo a todos los cooperadores italianos y a sus familias y, finalmente, les pidió que le prometieran que se amarían como hermanos…, y que recomendaran la frecuente comunión y la devoción a María Santísima Auxiliadora.
Recogiendo estas palabras de Don Bosco, Don Rua describe en su tercera circular ese momento y esas palabras, y añade que “ésta podría servir como Aguinaldo del nuevo año para enviar a todas las casas salesianas. Deseó que fuese para toda la vida y dio su aprobación para que sirviese realmente como aguinaldo para el nuevo año”[3].

2. EL AGUINALDO COMO PALABRA DE UNIDAD PARA TODA LA FAMILIA SALESIANA
Nuestra Familia Salesiana se distingue y caracteriza por ser, en primer lugar, una familia carismática[4] en la que el Primado de Dios-Comunión es el corazón de la mística salesiana.
En tal comunión reconocemos la diversidad, y al mismo tiempo la unidad que tiene su fuente en la consagración bautismal, en el compartir el Espíritu de Don Bosco y en la participación de la misión salesiana al servicio de los jóvenes, y especialmente los más pobres[5].
Por eso en cada Aguinaldo subrayamos este aspecto de  la comunión que es prioritario en nuestra Familia. En la medida en que el mismo aguinaldo pueda ayudar a las programaciones pastorales de las diversas ramas y grupos, es bienvenido, pero su finalidad no es ésta, no es la de llegar a ser un programa de pastoral para el año, sino más bien ser un mensaje creador de unidad y comunión para toda nuestra Familia Salesiana, en un objetivo común.

3. COMO DON BOSCO: DESDE SU CORAZÓN PASTORAL Y SU ACCIÓN EDUCATIVA, ENVUELTOS EN LA TRAMA DE DIOS.
El corazón del Señor Jesús, Buen Pastor, marca todo nuestro hacer pastoral y es referencia esencial para nosotros. Al mismo tiempo, la concreción, ‘al modo salesiano’ la encontramos en Don Bosco, plasmado en el singular espíritu de Valdocco, o en lo propio de Mornese, o en lo que de más propio tienen todos los grupos de nuestra Familia Salesiana, pero sabemos que el punto de confluencia primero y para todos es el carisma de Don Bosco suscitado por el Espíritu Santo, para bien de la Iglesia. Es esto que llamamos carisma salesiano y que nos abraza y acoge a todos, a todas.
            En Don Bosco la feliz expresión (que fue programa de vida), “me basta que seáis jóvenes para que os Ame”, “fue la palabra y, todavía es hoy la opción educativa fundamental” por excelencia[6]. Y bien sabemos que por sus niños y jóvenes Don Bosco desarrolló una grandísima actividad con palabras, con acciones educativas, con presencia, con escritos, con asociaciones o compañías, con viajes, con encuentros con todo tipo de autoridades y con el mismo Papa…. “por ellos, sobre todo, manifestó una atención muy cuidada, dirigida a sus personas, a fin de que en su amor de padre los jóvenes pudiesen acoger el signo de un amor más alto”[7].
Esta misma inquietud lo llevó, con los mismos criterios y con el mismo espíritu, a buscar una solución de los problemas de las jóvenes, con la cercanía de la Cofundadora María D. Mazzarello y el grupo de mujeres jóvenes unidas a ella y dedicadas, en el ámbito parroquial, a la formación cristiana de las chicas.
Su corazón pastoral lo llevó, de igual manera a contar con otros colaboradores, hombres y mujeres, “ ‘Consagrados’ con votos estables, ‘cooperadores’ asociados en el compartir los ideales pedagógicos y apostólicos”[8]. A esto se suma su condición de ser el gran promotor de una especial devoción a María Auxilio de los Cristianos y Madre de la Iglesia, y su cuidado y afecto permanente por sus exalumnos.
Y en el centro de todo este hacer y de su visión está, como verdadero motivo de su fuerza personal, la ‘caridad pastoral’.  Esa caridad pastoral que para Don Bosco, precisamente por sentirse envuelto en la Trama de Dios, significaba amar al joven, cualquiera que fuese su estado o situación, para llevarlo a la plenitud de ese ser humano, plenamente humano que se ha manifestado en el Señor Jesús, y que se concretaba en la posibilidad de vivir como honrado ciudadano y como hijo de Dios.
Y esta es la clave de nuestro ser, vivir y actuar el carisma salesiano. Si llegamos a sentir en las propias entrañas, en lo más profundo de cada uno, de cada una, de nosotros, ese fuego, esa pasión educativa que llevaba a Don Bosco a encontrarse con cada joven en el tú a tú, creyendo en él, creyendo que en cada uno siempre hay semilla de bondad y de Reino, para ayudarlos a dar lo mejor de sí mismos y acercarlos al encuentro del Señor Jesús, estaremos sin duda, a nuestra manera y según nuestras posibilidades, haciendo vida lo más bello de este carisma salesiano.
4. UN CARISMA, el Salesiano, “AL SERVICIO DE LA COMUNIÓN EVANGELIZADORA” (EG, nº130)
Han sido ya muchas las veces que he dicho, tanto en momentos de familia, como otros más públicos, que el carisma salesiano no es propiedad nuestra, ni de los salesianos, y ni siquiera de la Familia Salesiana toda.
Esta convicción profunda y de tanta claridad la expresa el Papa Francisco  en la Evangelii Gaudium cuando dice que el Espíritu Santo enriquece a toda la Iglesia en su misión evangelizadora con distintos carismas que “son dones para renovar y edificar la Iglesia. No un patrimonio cerrado, entregado a un grupo para que  lo custodie, más bien son regalos del Espíritu integrados en el cuerpo eclesial….. y en la medida en que un carisma dirija mejor su mirada al corazón del Evangelio, más eclesial será su ejercicio, y en la comunión, aunque duela será donde ese carisma se vuelva auténtica y misteriosamente fecundo”[9].
Creo verdaderamente que el carisma salesiano  es ciertamente uno de esos dones con los que el Espíritu Santo ha enriquecido a la Iglesia para que con la mirada certera en la esencia del Evangelio, y desde la comunión eclesial primero e interna a la familia salesiana después, podamos ser un precioso regalo para los jóvenes.
De ahí que  Evangelio, corazón pastoral por los jóvenes, y comunión, sean garantía de Identidad y Fidelidad para nosotros, Familia de Don Bosco, Familia Salesiana.
5. ¡CON LOS JÓVENES, PARA LOS JÓVENES!... en especial los más pobres

 5.1.  Y decimos ¡CON LOS JÓVENES! hermanos y hermanas de nuestra Familia Salesiana, porque el punto de partida de nuestro hacer carne y sangre (ENCARNAR) el carisma salesiano  es el de ESTAR CON LOS JÓVENES, un estar con ellos y entre ellos, encontrarlos en nuestra vida cotidiana, conocer su mundo, amar su mundo, animarles en su ser protagonistas de sus vidas, despertar su sentido de Dios, animarlos a vivir con metas altas, a vivir la vida como la vivió el Señor Jesús.
 5.2.  Y decimos ¡CON LOS JÓVENES! queridos hermanos y hermanas de nuestra Familia Salesiana porque si lo que llena nuestro corazón desde la llamada vocacional del Señor Jesús, es la predilección pastoral por los chicos y chicas, por los jóvenes, esto se manifestará en nosotros, como en Don Bosco, en una verdadera ‘pasión’ buscando su bien, poniendo en ello todas nuestras energías, todo el aliento y fuerza que tengamos.
 5.3.  ¡PARA LOS JÓVENES!... EN ESPECIAL LOS MÁS POBRES.
Me he permitido decir en diversas ocasiones que cuando el Papa Francisco habla de ir a la periferia, dirigiéndose a toda la Iglesia, a nosotros nos interpela de manera muy viva y directa porque nos está pidiendo que estemos en la periferia, con los jóvenes que están en la periferia, lejos de casi todo, excluidos, casi sin oportunidades.
Al mismo tiempo digo que esta periferia es para nosotros algo muy propio como Familia Salesiana, porque la periferia es algo constitutivo de nuestro ADN salesiano. ¿Qué cosa fue el Valdocco de Don Bosco sino una periferia de la gran ciudad? ¿Qué cosa fue Mornese sino una periferia rural? Será necesario que nuestro examen de conciencia personal y de Familia se confronte con esta fuerte llamada eclesial, que es a su vez de la esencia del Evangelio. Será necesario examinarnos acerca de nuestro estar con los jóvenes y para ellos, especialmente para los últimos…, pero no será necesario buscar nuestro norte, nuestra ‘estrella polar en la navegación’ porque en los últimos, los más pobres, los que más nos necesitan está lo más propio de nuestro ADN como carisma salesiano.
 5.4.  PORQUE  LOS JÓVENES, ESPECIALMENTE LOS MÁS POBRES, SON UN DON PARA NOSOTROS
Fue el Rector Mayor don Juan E. Vecchi quien escribió que “los jóvenes pobres han sido y son todavía un don para nosotros”.[10] Y ciertamente no podemos pensar que Don Vecchi está defendiendo la pobreza, pero es cierto, que si estamos con ellos y en medio de ellos, son ellos, son ellas, los primeros que nos hacen el bien, que nos evangelizan que nos ayudan a vivir verdaderamente el Evangelio desde lo más propio del carisma salesiano.
Me atrevo a decir, como ya he manifestado en otra ocasión, que son los jóvenes, las jóvenes, y especialmente quienes son más pobres y necesitados, quienes nos salvarán ayudándonos a salir de nuestras rutinas, nuestras inercias y nuestros miedos, a veces más preocupados en conservar las propias seguridades, que en tener el corazón, el oído y la mente abierta a lo que el Espíritu nos pueda pedir.

 6.   EN EL BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE  DON BOSCO
En un acontecimiento, como es el Bicentenario del nacimiento de Don Bosco que nos lanza a todos a un camino de fidelidad en esa misma llamada que él sintió, escuchó y que hizo vida.
En un año en el que la fiesta por el don que es Don Bosco para la Iglesia y para su Familia no nos dejará ensimismados, centrados en nosotros mismos y en la autocomplacencia, sino que nos lanza, con más fuerza si cabe, a la misión.
En un año en el que estamos invitados a vivir y expresar nuestra celebración como verdadera familia.

 7.   CON MARÍA, LA MÁS INSIGNE COLABORADORA DEL ESPÍRITU SANTO
Concluyo teniendo muy presentes las palabras del Papa San Juan Pablo II en la conclusión de la ya citada  carta, en la que nos invita a tener siempre delante de nosotros a María Santísima, como la más insigne colaboradora del Espíritu Santo.
El Papa nos invitaba a mirar a María y a escucharla cuando dice “Haced lo que Él os diga”, evocando el pasaje de las bodas de Caná (Jn 2,5).
En un hermoso fragmento final el Papa dice, dirigiéndose a los sdb de ese momento, pero en un contexto que es bien oportuno para toda nuestra Familia Salesiana hoy: “A Ella os encomiendo y junto con vosotros, encomiendo todo el mundo de los jóvenes, para que ellos, atraídos por Ella, animados y guiados puedan conseguir, con la mediación de vuestra acción educativa, la estatura de hombres  nuevos para un mundo nuevo: el mundo de Cristo, Maestro y Señor”.[11]

Es tal la fuerza de este deseo y de estas palabras que nos dedica el entonces Papa, que no creo que se pueda decir nada más que el ¡Amén!, el así sea, contando con la Gracia que nos viene del Señor, la intercesión de la Auxiliadora, y el corazón de Buen Pastor de todos los miembros de nuestra Familia Salesiana.

Que el Señor nos alcance su bendición.

Roma, 18 de junio de 2014


[1]    MB III, pág. 616-617
[2]    MB XVIII 502-503
[3]    Ibidem.
[4]    Cfr. Carta de Identidad de la Familia Salesiana, art. 5
[5]    Cfr. Carta de Identidad de la Familia Salesiana, art. 4
[6]    Carta  del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el centenario de la muerte de San Juan Bosco, p.9
[7]    Carta del  Sumo Pontífice…. p.9
[8]    Cfr. Carta del Sumo Pontífice, p.1
[9]    EG, 130
[10]  ACG 359, p. 24
[11]  Carta del Papa..., p. 36)

lunes, 2 de febrero de 2015

Bicentenario del Nacimiento de Don Bosco

Himno Bicentenario Don Bosco

ORACIÓN A DON BOSCO

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco, 
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús, 
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio 
el sentido de nuestra vida 
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad 
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión, 
y colaborar con entusiasmo, 
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia 
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora, 
podamos encontrarnos un día contigo 
en la gran familia del cielo. Amén

Oración a Don Bosco

Siempre alegres 200 aniversario Don Bosco bis

Aguinaldo 2015: Con los Jóvenes, Para los Jóvenes